VALORES DEL MÉDICO 2021

87 MONTSE ESQUERDA ARESTÉ palabra, para alojarse en el mundo de las cifras y datos, se deriva a una medicina impersonal e irrespetuosa. En el momento en que la medicina se reduce a signos y datos, la medicina positivista se hace muda y la persona, subjetiva y narrativa desaparece Consecuencias de la falta de respeto La medicina ‘muda’ difícilmente puede ofrecer una experiencia integral de ser respetado, y el respeto es ineludible para la experiencia de enfermar, y, tal como comentaba Edmund Pellegrino, ‘la experiencia de ser curado está ontológicamente ligada a la de ser cuidado’. Aquí es donde radica una de las enormes carencias de la medicina tecnocientífica actual. La importancia de reincorporar el respeto a la persona a través de reincorporar la experiencia individual del enfermar y la palabra. En palabras de Javier Gomà, en El inconsolable , ‘el hombre es una entidad temporal en continuo devenir, por eso se resiste a ser comprendido por las ciencias naturales. Sólo el género narrativo, que se hace cargo del antes y del después, logra apresar su fluyente esenciaɊ Cuando queremos saber más de alguien y preguntamos quién es, a nadie se le ocurre respondernos con una definición, siempre con una historia: la de sus orígenes, su cuna y las vicisitudes de su biografía’. No describimos a nadie por sus datos antropomórficos y su código genético, ni por sus datos analíticos ni sus pruebas radiológicas, por lo tanto, no entenderemos a nadie sólo con sus datos, aunque ampliemos el número de datos. Citando al filósofo Dilthey, Laín Entrago decía: Ɂla vida no se explica, se comprende. Las ciencias naturales me[plican las cosas}, pero la Yida tiene características muy peculiares. Por lo pronto, no es meramente intelectual, sino que consiste en un complejo de conocimientos, sentimientos y tendencias, dados en una unidad indisoluble. La vida no es un tratado de matemáticas, por eso no vale la lógica puramente especulativa’. La falta de respeto en el contexto sanitario actual se traduce en la falta de escucha a la persona, así como en la falta de reconocimiento de sus narrativas, creencias y valores. Sin embargo, la medicina actual está sumida en una deriYa tecnocientífica no sólo en la práctica, sino también en su enseñanza. Un editorial de The Lancet lo definió muy bien: ɁEl énfasis del adiestramiento médico actual se pone en las ciencias mduras}: anatomía, fisiología, bioquímica, patología, microbiología, farmacologíaɊ pero en la práctica clínica los médicos tienen que tratar de comprender a los pacientes, sus historias, sus personalidades y peculiaridades, para poder proporcionarles el mejor cuidado posible. En este lado mblando} de la medicina las ciencias mduras} les son de escasa ayuda’. Como seres no tan sólo biológicos, sino también biográficos, hay una constante b¼squeda de sentido en el enfermar y en la experiencia de la persona que sufre. En este conte[to, el relato científico (ciencias duras) del enfermar se contrapone al relato narratiYo (sólo abordable por las ciencias blandas).

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