VALORES DEL MÉDICO 2021

Así, tanto las decisiones deliberadas de modo individual como colectivamente constituyen las llamadas decisiones ‘prudentes’ o sabias. La sabiduría práctica es el otro eje de la ética médica En lo que sigue ahondaremos en el análisis de estos dos valores fundamentales hoy de la ética médica: la e[celencia moral y la prudencia o sabiduría práctica. La excelencia moral tiene que ver con la calidad o el valor encarnado en el profesional de la salud que obra óptimamente, mientras que la sabiduría práctica tiene que ver con el valor del resultado fruto de un buen análisis de todos los elementos que forman parte de la toma de decisiones. La excelencia moral Las profesiones sociales se han definido siempre por sus características morales. < de todas, la característica moral que ha permanecido invariable a lo largo de los siglos ha sido la excelencia. Hoy se trata de un término muy popular en la ética empresarial, a raíz de la publicación, en 1982, por 3eters y Waterman, de la obra En busca de la excelencia. Sin embargo, el término es consustancial a la antigua ética griega y constituye el fundamento del juramento hipocrático y el valor esencial de toda la ética médica. No obstante, hay ciertas diferencias entre la antigua teoría ética de la excelencia y la teoría moderna. Una primera, fundamental, es que en la teoría antigua de la excelencia era común distinguir dos tipos de actiYidades, los Ɂoficiosɂ y 98 las ‘profesiones’, y, consecuentemente, dos tipos de ética o moralidad, la ‘moralidad común’ y la ‘moralidad especial’. La moralidad común es la que practican la mayoría de los miembros de la sociedad, y dentro de ellos, los que tienen por actiYidad un oficio, mientras que la moralidad especial es la propia de los profesionales, entre ellos, los profesionales de la salud. Esta diferencia viene dada en parte por el objeto tan valioso del que tratan, la salud y la vida de las personas, y en parte por la especial dotación natural de las personas que se dedican a ello. De ahí que la característica fundamental de esta moralidad especial fuera la excelencia, que se traducía, primero, en que el profesional de la salud siempre actuaba en beneficio de los demás y no en el propio; segundo, que su dotación natural le conYertía en una figura social de gran autoridad moral; y tercero, que como no podía esperarse que obrara con mala intención, disfrutaba de completa impunidad jurídica. Esta teoría antigua de la excelencia profesional fue entrando en crisis a lo largo del siglo XX . Quizá son dos las razones que llevaron a ello. En primer lugar, el nacimiento de los derechos de los pacientes hace que los profesionales de la salud pierdan parte de su autoridad moral y, como consecuencia, su impunidad jurídica. Actuar en beneficio del paciente ya no significa, por ejemplo, actuar únicamente con buena intención, sino teniendo en cuenta, además, las consecuencias o efectos secundarios de las decisiones, en las que ha de desempeñar un papel importante la opinión del paciente, la propia institución en la que se presta el servicio, etc. En segundo lugar, y relacionado con lo anterior, también las personas que se dedican a los RILFLRV VALORES DEL MÉDICO

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