VALORES DEL MÉDICO 2021
99 CARLOS POSE VARELA aspiran a la e[celencia, puesto que las consecuencias de sus actividades, en un mundo cada Ye] más tecnificado, son de una magnitud no inferior a las consecuencias de las actividades de los profesionales. Por consiguiente, la teoría moderna de la excelencia borra la diferencia entre moralidad común y moralidad especial. Toda actividad acaba teniendo una misma moralidad, R SRU OR PeQRV VX dLIeUeQFLD SXede VeU de JUDdR SeUR QR de QLYeO Lo que resulta común a la teoría antigua y moderna es que la excelencia es un valor ideal, una aspiración. De ahí el título de En busca de la excelencia. La e[celencia no es un punto final, sino un camino, un modo de hacer las cosas, y en última instancia, un modo o modelo personal de ejercer óptimamente cualquier actividad. El hecho de que se trate de algo inalcanzable se repite en otros libros, por ejemplo, en el de Alasdair MacIntyre, Tras la virtud, publicado dos años más tarde, en 1984. Tanto en inglés como en español, el título es ambiguo, pues juega con el doble sentido de Ɂtrasɂ, que en español significa tanto ‘después’ como ‘en busca de’, con lo cual, en este segundo caso, se repite la idea de aspiración o deseo. Se dirá que en esta segunda obra lo que se busca no es la ‘excelencia’, sino la ‘virtud’. Pero en realidad se trata de lo mismo. Los dos términos traducen el vocablo griego ‘areté’. El cambio terminológico (Ɂe[celenciaɂ en lugar de ɁYirtudɂ) es reflejo de un cambio de época, y quizá también de ética. Si ya no creemos que la excelencia moral procede de la dotación natural de las personas, sino de su educación moral, si la buena intención no es suficiente para lleYar a cabo la mejor acción, entonces hemos de concebir que la ética, y la ética médica no es una excepción, ha de ser no una ‘ética de la virtud’, ni tampoco una ‘ética del puro deber’, sino una ‘ética de los valores’. Dicho de otro modo, hoy es preciso entender la ética médica, y más en concreto, la ‘ética de los valores médicos’, como una ética de la excelencia profesional y moral. Hoy es preciso entender la ética médica, y más en concreto, la ‘ética de los valores médicos’, como una ética de la excelencia profesional y moral En la actualidad, una ética de los valores médicos tiene que situarse más allá del problema de si los valores son objetivos o subjetivos. Los valores de la medicina, más que responder a criterios estrictamente médicos o ser meras preferencias de los pacientes, son elaboraciones intersubjetivas, fruto de distintos juicios de valoración personales y profesionales que acaban convergiendo en el contexto clínico. Los valores de la medicina se construyen a partir de esos juicios de estimación o valoración sobre los hechos clínicos o sociales, al igual que los hechos clínicos se construyen a partir de ciertos datos, síntomas o vivencias. Los valores más frecuentes en la práctica médica son resultado de distintas opiniones y juicios de médicos, enfermeras, trabajadores sociales, pacientes, familiares, etc. Valores como salud, enfermedad, bienestar o malestar no son nunca completamente objetivos, sino que tienen que ver con el fluctuante estado clínico y de confort del paciente. La utilidad o futilidad son resultado de la percepción de una mayor o menor efectividad de un fármaco para controlar o contrarrestar una patología. La beneficencia, la capacidad, la confidencialidad, el reparto equitatiYo de recursos,
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