Atención Primaria 2025

En mayo de 2001, Richard Smith se preguntaba en el British Me- dical Journal «por qué los médicos son tan infelices» y animaba a sus lectores en todo el mundo a participar en una encuesta sobre el tema. El 41% de los 1.540 profesionales que respondieron a la pregunta se declaró infeliz en su trabajo y el 16%, muy infeliz. Las causas de esta infelicidad probablemente son muchas y al- gunas de ellas profundas. Hoy en día, cuando más se habla de em- poderar al paciente y de reforzar su autonomía, estamos asistiendo, cada vez con más intensidad, a una población asustada, con unas expectativas irreales que demanda una excelencia casi inhumana, de- positando toda clase de problemas, incluso los propios de la vida, en la consulta para que los médicos se los solucionen. De este modo, como dice Ivan Illich, al transformar el dolor, la enfermedad y la muerte de un reto personal en un problema téc- nico, la práctica médica expropia el potencial de las personas para hacer frente a su condición humana de una manera autónoma y se convierte en la fuente de una nueva forma de morbosidad que denomina Iatrogenesis Cultural , que consiste en la incapacidad de la persona para responder saludablemente al sufrimiento, al deterioro y a la muerte. Esto hace que, en lugar de atender a una población autónoma y autosuficiente en la resolución de sus problemas sociales, aquella demande una medicina paternalista. Por el contrario, los médicos, que no estamos preparados para desmitificar esa creencia, por te- mor a sufrir herida narcisista, intentamos cubrir sus expectativas con intervenciones clínicas que no solucionan la raíz del problema, generando insatisfacción y claudicación profesional que llevan en multitud de ocasiones a la infelicidad. Ante esta situación, la Ad- ministración no valora que, para que la población esté bien aten- dida precisa de médicos sanos y motivados en la realización de su trabajo. Esta concepción de la medicina, que conlleva una ilusión terapéu- tica desproporcionada, tanto de los pacientes como de los responsa- bles políticos, está llevando a los sistemas sanitarios a una situación de quiebra ya que, de seguir en esta dinámica, no se podrán abaste- cer las demandas crecientes que tienden al infinito con unos recursos humanos en evolución decreciente. 106

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