Atención Primaria 2025

Este camino no sirve para recuperar la confianza, ni para hacer buena medicina, por más que pueda satisfacer la hiperquinesia de consumidores sanitarios intoxicados por la cultura de la inmediatez y la pasividad consumista. ¿Cómo blindar y asegurar la confianza y el respeto que antes, ahora y siempre va a necesitar la práctica de la buena medicina? Lo primero para salir del hoyo es dejar de cavar haciéndolo más profundo. Ante la atonía y absentismo de las autoridades sanitarias, quizá debemos dirigirnos al Ministerio de Hacienda para explicarle que no -se puede poner en el mismo saco a la sanidad y sus profesio- nales con otros sectores. Más aún, que es injusto el castigo infligido al Sistema Nacional de Salud, que es inclemente el particular correctivo presupuestario a la AP, y que el maltrato en empleo y salario a los profesionales sanitarios es un abuso innoble, practicado a sabiendas de que nuestra vocación no nos permite desapegamos de nuestras obligaciones con los pacientes. No hablamos por hablar: diversos estudios indican que desde 2009 se han podido perder l 0.000 puestos de trabajo entre los médicos y de 30.000 entre los enfermeros. A lo que se añade un problema de reposición o de no renovación de estos contratos, que genera una noria de contratación interina y eventual que desespera a médicos jóvenes, enfada a pacientes, y rompe el nexo de conti- nuidad y longitudinalidad en la relación clínica; si esto es grave en el hospital, en la AP es una catástrofe, ya que un instrumento esencial del trabajo del generalista es la relación continuada con los pacien- tes, las familias y la comunidad. Los médicos jóvenes maltratados buscan un futuro; a veces ha- ciendo la maleta. En los últimos cuatro años, 12.000 médicos solici- taron el certificado de idoneidad profesional con intención de traba- jar fuera de España. Además, en los próximos diez años casi 60.000 médicos nos vamos a jubilar. Si la tasa de reposición no nos cubre, vamos a tener serios problemas, porque no se ha hecho una política de recursos humanos y ni se le espera. Todos estos elementos nos están indicando claramente el final del voluntarismo y el romanticismo como yacimiento de energía para mantener un valioso sistema de AP. Llegó el momento de la asig- nación de recursos, de la buena organización y gestión, y de una 12

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