Atención Primaria 2025

No es una opción elitista ni discriminatoria de otros colectivos pro- fesionales con los que convivimos, sino una forma adaptada a lo que supone el día a día en la sanidad. Nos basamos en la fundamentación clínico-práctica de la asistencia sanitaria que pivota especialmente sobre la asistencia médica, pues de ella va a depender en su casi completa realidad todas las consecuencias que se desarrollan tras el contacto de un paciente con el sistema sanitario. Cuando acuden los pacientes al Centro de Salud (en su amplísima mayoría), piden cita con su MAP, y por tanto somos en la mayoría de las ocasiones los que ya iniciamos el proceso de las decisiones a tomar con esos pacientes. Creemos sinceramente que somos los que debemos, por tanto, tomar las decisiones directivas en los CS. Pero esta decantación por el MAP como director del CS no debe ser una simple decisión, sin que conlleve una serie de apoyos asocia- dos al cargo . No puede seguir como es, hasta el momento, en casi to- dos los CS donde el director es un MAP. Los directores, en la mayoría de los casos, soportan una carga laboral extra a su labor asistencial, que hace que sea repudiado este cargo, por los altos costes labora- les, personales, profesionales y familiares que supone. De tal modo se llega a esta situación, que en muchas ocasiones la dirección del centro se otorga y recae sobre otro profesional del centro (con mu- cha frecuencia, personal de enfermería) dado que no se ha ofertado a ningún MAP del CS. Algo de lo que somos todos conscientes, es que no todo el mundo sirve para este cargo y no todo el mundo que podría servir, le atrae y acepta el mismo. El balance beneficio-coste personal no es actualmente rentable para muchos. A propósito de este detalle, creemos que es fundamental que el director sea un MAP del equipo del CS . Se haría por periodos concer- tados por todos (4 años es lo habitual) y las sustituciones se harían con antelación debida para evitar “vacíos de poder”. En nuestra ex- periencia, hemos visto como la presencia impuesta de un director “extraño” al equipo, ha provocado las reticencias de sus integrantes, máxime cuando son decisiones venidas de “arriba” y por tanto, obli- gadas. Creemos que en estos casos, la elección de ese nuevo personal jamás debería conllevar el desplazamiento de un integrante del equi- po, pues conllevaría el rechazo del propio grupo de trabajo. De esta forma se reforzaría más el equipo. Otro punto crucial para este cargo es que se le libere de for- ma suficiente y real de su labor asistencial, pero nunca sin dejarla AP-2025 LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD (AP) EN ESPAÑA EN 2025 77

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