El médico del Futuro
F undación E ducación M édica (FEM) 48 2.1. Un médico que trate enfermos, no enfermedades Sin que se deba renegar del paradigma osleriano, que trata de identifi- car entidades nosológicas ante todo, el médico que queremos debe ser capaz de adaptarlas a la realidad de cada paciente, con su entorno socio- cultural propio y su manera de ver y vivir el mundo. En este contexto, además de hacer cosas al paciente, el médico debe saber hacer cosas con el paciente y ha de ser capaz de aprovechar el enorme potencial que representa involucrarlo en el adecuado manejo de su enfermedad, convirtiéndolo en un colaborador activo desde su posición. A este respecto, hay que enfatizar el hecho de que la asimetría en la relación médico-paciente no es, por sí misma, negativa. Lo que es negativo y debe evitarse a toda costa es que dicha asimetría la aproveche el médico para fines espurios; si la canaliza adecuadamente en beneficio del paciente, constituye un enorme potencial curativo, en base a la au- toridad moral y científico-técnica del médico, que genera confianza y se traduce en un beneficioso efecto placebo.
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