El médico del Futuro

F undación E ducación M édica (FEM) 54 que queremos debe ser capaz de interpretarla, teniendo presente en todo momento aquello que se pregunta T.S. Eliot: “¿dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?, ¿dónde está el conocimiento que hemos perdido en información? ” Debe ser, en suma, un médico que se preocupe tanto por la afectividad como por la efectividad; un médico que, más allá de establecer contratos con los pacientes, sea capaz de ganarse su confianza; y un médico que, además, sepa conciliar lo racional con lo relacional, teniendo claro que si lo racional sólo es mala medicina, lo relacional sólo ni siquiera es medicina.

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