El médico del Futuro
F undación E ducación M édica (FEM) 56 2.4. Un médico responsable individual y socialmente El médico del futuro debe saber huir de los cantos de sirena que pro- claman la posibilidad de conseguir un estado de salud perfecto y ser consciente de la limitada aportación de la Medicina, en general, y del médico, en particular, a la salud de la población y del individuo. En este sentido, ha de saber limitar las expectativas de los individuos, en vez de estimularlas y acotar en su justo término los beneficios de- rivados de las propuestas de prevención, de promoción de la salud, de educación sanitaria y de diagnóstico precoz a través de los cribajes poblacionales. Debe saber involucrar al paciente en la toma de decisiones conjuntas, orientadas a limitar la utilización de aquellas propuestas, aceptando las que hayan demostrado fehacientemente su utilidad y rechazando las que estén insuficientemente fundamentadas. Y en todos los casos, expondrá con claridad al paciente las limitaciones de la Medicina actual y la inevi- tabilidad de la misma enfermedad y de la muerte, de la que no debe re- huir hablar, en términos adaptados a cada caso y a cada circunstancia. De hecho, es al médico a quién el paciente y sus allegados esperan oír hablar de la muerte con serenidad y respeto, pero sin reticencias ni tapu- jos. No hacerlo, dejándolo en manos de otros profesionales sanitarios, constituye una de las razones por las que la relación médico-enfermo se ve deteriorada y el papel del médico devaluado al de un técnico supe- rior, que únicamente sabe aportar soluciones científico-técnicas.
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