El médico del Futuro
F undación E ducación M édica (FEM) 78 este sentido, han de saber conciliar y aprovechar óptimamente las posibi- lidades que actualmente ofrecen la carrera profesional y el desarrollo pro- fesional continuo, evitando contaminarlas mutuamente y confundirlas y han de introducir esquemas de diferenciación basados en la capacidad individual, el rendimiento, el compromiso y la excelencia. Si se quieren equilibrar razonablemente los objetivos de una reducción de costes y de una garantía de calidad, se requiere introducir una política mixta de in- centivos y de pagos, que supere esquemas demasiado rígidos e igualitarios propios de sistemas funcionariales. Deben, además, procurar que las condiciones en las que tiene lugar el trabajo del médico reúnan las garantías adecuadas de calidad y segu- ridad, asumiendo este compromiso como un deber ético institucional, complementario del deber ético profesional del médico. También han de saber diferenciar los componentes propios del desarrollo profesional individual del médico de los de las tareas de dirección o responsabilidad de equipos; mientras que aquellas discurren de forma continua en el tiempo, estas pueden hacerlo de forma discontinua o parcial. Con objeto de garantizar la continuidad asistencial a la que el pacien- te tiene derecho, han de saber aprovechar las inmensas posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y los nuevos esquemas de gestión del conocimiento, superando el anclaje exclusivo en la dedicación horaria del médico que, lógicamente, tiene sus límites. Y han de saber adecuar los equipos asistenciales, con la participación de diversos profesionales sanitarios, a la realidad de cada institución.
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