Revista OMC Nº 48

cumento que fue reemplazado por la De- claración de la AMM sobre donación de ór- ganos y tejidos en 2012 revisada en 2017: “Los 40 principios de dicho documento siguen formando la base de las prácticas éticas mundiales sobre esta cuestión”. Además, hizo hincapié en la necesidad de desarrollar y promover la ética médica desde las corporaciones colegiales porque “algo que está ordenado por el Gobierno o incluso está permitido por la ley, no es necesariamente ético o permisible para un médico. Esto debería haber sido evidente después de los juicios de Nuremberg, sin embargo, continuamos observando la par- ticipación de los médicos en la tortura o los tratos inhumanos y degradantes”. LA DONACIÓN COMO PARTE INTEGRAL DE LOS CUIDADOS AL FINAL DE LA VIDA DEBE SER UN ESTÁNDAR PROFESIONAL EN EL QUE TRABAJAR A CORTO Y MEDIO PLAZO La primera mesa de la sesión científica ti- tulada “La donación como parte integral de los cuidados al final de la vida”, la moderó la Dra. Heidi Stensmyren y contó con las intervenciones de: la Dra. Beatriz Domín- guez-Gil, presidenta de la Organización Nacional de Trasplantes; el Prof. Francis L. Delmonico, presidente del grupo de trabajo de la OMS sobre donación y trasplante de órganos; el Dr. Dale Gardiner, clínico nacio- nal para la donación de órganos del Reino Unido; y la Prof.ª Milka Bengochea, direc- tora del Instituto Nacional de Donación y Trasplante de Células, Tejidos y Órganos de Uruguay (INDT). La doctora Beatriz Domínguez-Gil destacó durante su intervención que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) apenas se cubre el 10% de las necesidades globales de trasplante, y que “la COVID-19 ha tenido un profundo impacto en los pro- gramas de trasplante de prácticamente to- dos los países del mundo, de manera que la actividad global en 2020 disminuyó en aproximadamente un 18%”. Explicó que los factores que más determinan la poten- cialidad y la actividad de la donación entre países de similar desarrollo socioeconómi- co “es el tipo de decisiones que se toman en los cuidados de los pacientes al final de la vida”. Cuando un paciente fallece o va a fallecer de forma inminente, y si las circuns- tancias son compatibles con la donación de órganos “el profesional sanitario responsa- ble debe considerar la opción de la donación y posibilitarla si es coherente con los valores de la persona”. De este modo, según afirma la doctora Domínguez-Gil, “esta práctica debería convertirse en un estándar profe- sional entendido como un beneficio global que comprende tanto aspectos clínicos como los valores, principios y preferencias de la persona”. El profesor Francis L. Delmonico expli- có que “los programas de donación des- pués de la determinación circulatoria de la muerte (cDCDD) se han desarrollado solo en un número de países”. El objetivo de esta Declaración de colaboración interna- cional es expandir cDCDD en el mundo. La tercera intervención, que corrió a cargo del Dr. Dale Gardiner, resaltó que la dona- ción es plenamente beneficiosa para la so- ciedad, ya que los intereses comunes son “salvar el máximo número de vidas, pro- teger a los más vulnerables, y respetar la autonomía, incluidas las decisiones al final de la vida”. En cuanto al papel de los pro- Ministra de Sanidad: “Abogamos por que la donación sea una parte integral de la atención al final de la vida” La donación, como parte integral de los cuidados al final de la vida, fue uno de los aspectos tratados más relevantes. OMC 48 | INTERNACIONAL | 29

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