Profesión, Profesional, Profesionalismo

4 A veces la joya más preciada la tenemos tan guardada, tan escondida que se nos olvida como es. Algunos aspectos de la vida diaria se nos escapan por no detenernos a mirarlos cara a cara o a reflexionar sobre ellos. Esto es así. La relación médico-paciente, acto propio de nuestra profesión de médico, sigue produciéndose día a día con la mayor naturalidad. De hecho, con tanta naturalidad, que no nos paramos a pensar sobre dicha relación, sobre lo substancial de la misma, si ha variado poco o mucho, si las reglas del juego son inmutables o se han introducido variables. Es más, pienso que muchos médicos entienden la relación médico-paciente igual a como la entendían nuestros abuelos, o nuestros padres, o nosotros mismos hace unos cuantos lustros. Pero estos mismos médicos aseguran que la sociedad ha variado mucho en estos años, que cuesta entender los valores de la sociedad actual, o que las reglas del juego ya no son las mismas; y todo es verdad. Factores sociales y políticos, así como el progreso científico han establecido nuevas expectativas tanto para la sociedad como para los médicos y todo en su conjunto ha hecho variar el papel del médico en nuestra sociedad. La relación médico-paciente se encuadra, nos guste o no, en una marco más amplio que hemos venido llamando contrato social . Dicho contrato, tácito por naturaleza, se establece como todos los contratos entre las partes, en este caso la sociedad y los médicos. Es comprensible que si la sociedad y sus valores han variado mucho el contrato médico- paciente, contrato que no es sólo personal Juan José Rodríguez Sendín Presidente del CGCOM

RkJQdWJsaXNoZXIy ODY0MDA=