Manual de Estilo

27 Capítulo II La información sociosanitaria del CGCOM • Error muy frecuente. Emplear severo como sinónimo de 'grave', cuando en castellano no tiene esa acepción y significa 'estricto'. Se trata de un anglicismo procedente de severe, un adjetivo que sí significa 'grave' en ese idioma. • Ocurre lo mismo en el caso de cirugía. Se trata de una disciplina médica, pero se emplea de forma incorrecta como sinónimo de 'operación' o 'intervención quirúrgica'. Por tanto, no debe indicarse, por ejemplo, 'se le practicaron dos cirugías'. • Falta de ortografía. No utilizar la doble erre en términos como colorrectal. • Mal empleo de mayúsculas. Por ejemplo, el término alzhéimer se escribe con minúscula inicial y tilde, excepto cuando se utilizan las expresiones enfermedad de Alzheimer o mal de Alzheimer, en las que sí se respeta la grafía del apellido del neurólogo que lo investigó y se escribe, por tanto, con mayúscula inicial y sin tilde. Lo mismo ocurre con ébola o virus del Ébola (que toma el nombre de un río africano). • Mal uso. Utilizar estadío, una palabra que no está registrada en el diccionario de la RAE, en lugar de estadio para referirse a una etapa o fase de un proceso. Paciente y enfermo En lo relativo a los enfermos, es necesario aclarar la diferencia entre persona enferma y paciente. Según la FundéuRAE, en muchas ocasiones se emplean como sinónimos, cuando realmente no lo son. En el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina se establece que un enfermo es una “persona que padece una enfermedad”. Es decir, aquella que “ha perdido su bienestar físico, mental y social”. En cambio, un paciente es aquella persona que “recibe o va a recibir atención médica, ya sea por padecer una enfermedad o con fines preventivos”. Hay que tener cuidado con el uso de cada uno de estos conceptos.

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