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Dr. Fernández Torrente: “Todos los profesionales sanitarios deben elevar su voz para alertar sobre las pseudoterapias”

Este lunes comienza la 71ª Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (AMM), Córdoba 2020, una cita que por primera vez se celebrará de manera virtual y en la que en Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) ejercerá de anfitrión con motivo de su centenario. Esta Asamblea, marcada por la COVID-19, abordará también distintas líneas de acción entre los que destacan varias lideradas por el CGCOM como el Grupo de Trabajo sobre pseudociencias y pseudoterapias en el campo de la salud, cuya finalidad es la de redactar una propuesta de declaración a raíz de la preocupación a nivel mundial por el auge desproporcionado y los riesgos y consecuencias negativas de estas prácticas. El Dr. Jerónimo Fernández Torrente, coordinador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la OMC y tesorero del CGCOM explica en esta entrevista el peligro que generan las teorías negacionistas y las pseudoterapias

La pandemia COVID19 ha vuelto a poner de manifiesto el peligro de las pseudociencias, con el uso de productos de dióxido de cloro para tratar el coronavirus. ¿Cuál es la situación?

Hasta ahora, el dióxido de cloro en solución (CDS) y el clorito sódico diluido al 28% (MMS) venían prodigándose como curalotodo, pero principalmente como cura fraudulenta para el cáncer, el VIH, la dislexia y el trastorno del espectro autista. 

Quizá el MMS sea uno de los “productos milagro” por excelencia ya que, desde su propio nombre (del inglés “Miracle Mineral Solution”) , incluso explicitan que se trata de una solución mineral milagrosa, pese a que por su composición no es más que un producto tóxico, de alto poder oxidativo que, hasta la fecha, nunca ha demostrado curar nada (más bien ha demostrado lo contrario) , ni se espera que lo vaya a hacer.

El reciente informe sobre el MMS del Observatorio de la Prescripción de la OMC, así como el posicionamiento reciente de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ( AEMPS ) y del Instituto Nacional de Toxicología , no dejan lugar a dudas sobre que se trata de un producto tóxico, prohibido para consumo humano e ilegal, que debe ser denunciado expresamente.

Incluso sin estar enfermo, son muchos los productos inútiles que prometen “mejorar tu sistema inmune”, cuando no se presentan descarada y literalmente como elixires de la eterna juventud ó remedios “detoxificantes” innecesarios cuyos compuestos sí resultan ser tóxicos. Pero es en el terreno de las enfermedades graves y/o crónicas donde está el mejor mercado para la charlatanería en salud. 

Para los médicos y demás profesionales sanitarios resulta sorprendente que, en campos como el de la lucha contra el cáncer, donde más avanza la medicina, o en situaciones de especial complejidad como la actual Pandemia SARS-Cov2 Covid 19, sea en los que “ las pseudociencias, los productos milagro, las falsas terapias (algunas denominadas “medicamentos“), el intrusismo y hasta las sectas (también en la esfera sanitaria), ejercen su principal actuación, en un contexto de supuesto vacío legal y aparente ausencia de controles de calidad, seguridad y efectividad en este tipo de actuaciones .

La pandemia SARS Cov2 Covid 19 ,ha supuesto un excelente nuevo mercado para los promotores tradicionales de estos falsos remedios (con Andreas Kalcker y Josep Pamíes a la cabeza). La situación de vulnerabilidad y el caldo de cultivo generado durante años ha conseguido que el discurso sea tan sofisticado que existan profesionales sanitarios que han sido convencidos y hayan hecho a su vez presión para oficializar (en casos como el de Bolivia ) este falso remedio como supuesto preventivo o tratamiento contra el coronavirus. Estos discursos y actuaciones producen indignación y han de ser expresamente rechazados y denunciados ante los poderes públicos en todos los casos, por seguridad de ciudadanos y pacientes y por atentado contra la salud pública. 

Las mismas consideraciones se pueden extender a otras pseudociencias, donde los distintos charlatanes han visto una "oportunidad" para ampliar su mercado.

Las pseudociencias parecen ir de la mano en algunos casos de movimientos negacionistas, ¿qué opinión le merece?

Un factor de los movimientos conspiranoicos de todo tipo es poner en tela de juicio cualquier mensaje que provenga de una instancia oficial. 

Que el mensaje de autoridades sanitarias como la OMS, los gobiernos (aún de distintos países con ideologías diferentes) o el conjunto de los investigadores científicos y profesionales sanitarios de todo el mundo sea unánime solo les motiva a pensar que es un plan urdido globalmente. 

Para estas personas, confrontar una realidad caótica, imperfecta, desconocida en gran parte, con un factor azaroso tremendo es una situación psicológicamente inasumible, por lo que recurren a tramas más o menos elaboradas que entienden como cognoscibles, predecibles y potencialmente abordables por tanto de algún modo, lo cual relaja supuestamente su ansiedad ante el descontrol. 

Este tipo de movimientos negacionistas organizados, estructurados y estratégicamente dirigidos con objetivos espúrios, son producto de una manipulación psicológica sistemática que les aparta de la realidad científica y sanitaria hasta el punto de ser capaces de pensar, simultáneamente, que el virus no existe y que es sintético y liberado expresamente por los distintos países para diezmar a la población y enriquecer así (de algún modo) a la Big Farma y que se cura con los remedios más mundanos, desde brebajes calientes hasta lejías industriales.

A estos movimientos, que tienen partes espontáneas pero una estructura interesada subyacente, se le suma gente insumisa con la realidad, con una visión muy crítica de las medidas tomadas, antivacunas y antisistema, lo que complica enormemente el panorama de prevención y gestión adecuada en un escenario tan complejo como el existente en una Pandemia.

¿Cómo se pueden frenar estas iniciativas?

Lo principal es no añadir más leña al fuego: evitar que cualquier figura que se le supone autoridad social les dé credibilidad (ejemplos como la reciente aparición de los denominados Médicos por la Verdad, COMUSAV y otras entidades con presunta relevancia académica son enormemente perjudiciales y lesivos). 

Dejar de ser reactivos y comenzar a ser proactivos, pidiendo a todos los profesionales del mundo sanitario y científico que eleven su voz y la verdad científica basada en el mejor y más robusto conocimiento, para alertar de estas malas concepciones de la realidad. 

El problema es multifactorial, y por tanto necesita acciones desde múltiples ámbitos: desde cultivar desde jóvenes el espíritu crítico mediante el estudio de los sesgos cognitivos o las falacias argumentales (algo que podría cubrir sin problemas asignaturas como Filosofía o Biología) hasta la formación específica sobre pseudoterapias a los profesionales sanitarios, pasando por campañas de información generales a la ciudadanía, o el potenciamiento de los filtros críticos en los medios de comunicación al tratar temas de salud, además de elevar la suspicacia en todo tipo de supuestas charlas sanitarias en universidades, ayuntamientos, etc., lugares de difusión típica de los que la charlatanería se aprovecha para colgarse méritos y supuesta credibilidad en forma de escudos oficiales en carteles promocionales.

Todas estas medidas de información y prevención tampoco estarían completas sin una proactividad a también a la hora de denunciar los movimientos que suponen un riesgo de salud pública para la sociedad.

Dejar constancia clara que el sentir de la profesión médica, en su conjunto, es unánime y firme en contra de estas propuestas, es importante de cara a unos charlatanes que se nutren del silencio de los que saben. Y, por supuesto, iniciar acciones legales y de denuncia expresa a los poderes públicos de estas actuaciones. En el caso de profesionales sanitarios la aplicación inmediata de los artículos que correspondan de los Códigos de conducta y deontología profesional que son normas de obligado cumplimiento.

La información veraz es clave .  El mensaje final debe estar dirigido al ámbito de la Educación en general y la Educación sanitaria en particular, el propiciar entre los ciudadanos y especialmente entre nuestros jóvenes el conocimiento crítico , acercar la verdadera Ciencia y sus avances a la población y a los pacientes , informarse en webs sanitarias y de salud con sello oficial acreditado y en consultar con profesionales competentes , especialistas y de confianza nuestras inquietudes y preocupaciones en el ámbito de la salud y de la enfermedad.

Los Estados y/o Autoridades competentes, deben establecer disposiciones estrictas que protejan a los pacientes tratados con prácticas del entorno de los productos milagro, de las pseudoterapias / pseudociencias, complementarias y/o alternativas. Cuando se descubre que es dañino, debe haber un mecanismo que detenga o limite considerablemente dichas prácticas para proteger la salud pública y el entorno de los pacientes afectados y sus familias.

¿Cuáles son los principales riesgos de estas pseudoterapias?

Estas pseudoterapias basadas en la “falsa ciencia “, representan un gran peligro por varias razones:

• Existe el riesgo de que los pacientes abandonen terapias médicas efectivas por   prácticas que no han demostrado / carecen de valor curativo, y esto puede ocasionar graves problemas de salud e incluso la muerte.

• La posibilidad más que frecuente de retrasos peligrosos y “pérdida de oportunidad “en la aplicación de fármacos, procedimientos y técnicas reconocidas y avaladas por la comunidad científica.

• Independientemente del abandono de un tratamiento médico, algunas pseudoterapias , por sí mismas, pueden tener efectos negativos sobre la salud.

• Suelen producir daños económicos o morales en los pacientes.

• El encarecimiento de los procesos, que reciben atención múltiple.

• El intrusismo en la profesión médica, con un preocupante aumento con el uso de Internet. 

• Las sectas están habitualmente relacionadas con las prácticas de Pseudociencias y Pseudoterapias.

El factor humano es fundamental en todos los aspectos de la vida y en situaciones de especial fragilidad y vulnerabilidad como sucede cuando un paciente se ha de enfrentar a una enfermedad grave, como es el caso del cáncer y muchas otras, constituye un reto no solamente de salud pública y aplicación del estado de los avances científicos sino un reto personal y familiar de primer nivel , difícil de gestionar en la mayoría de las ocasiones . 

Es por ello que el paciente en ésta situación  ha de recibir toda la ayuda y el apoyo necesario de los profesionales médicos y otros profesionales del ámbito sanitario con un trato profesional y humano , integral y de excelencia y  una información contrastada, fiable  y responsable.

¿Qué opina de que se vendan productos homeopáticos en farmacias?

Vivimos en sociedades desarrolladas en las que, gracias a los avances científicos, hemos progresado notablemente en el tratamiento y alivio de las numerosas enfermedades que aquejan al ser humano. 

Tener que aceptar que productos que no han demostrado evidencia científica ni tiene efectividad alguna en el proceso de enfermar, se puedan denominar medicamentos ( como es el caso de los productos homeopáticos ) y prácticas que son más propias de la Edad Media que del Siglo XXI , como es el caso de la Homeopatía , todavía puedan estar presentes de alguna manera en el circuito de los SNS de nuestro entorno Europeo y en nuestro propio país, es para hacer una reflexión y análisis profundo de nuestras actuaciones en el campo de la salud y la seguridad de los pacientes.

Forma parte del engaño sistemático socialmente aceptado del que hablábamos anteriormente. Es una manifestación clara de déficit actual del sistema: una legislación europea que no atiende a la realidad científica sino a otro tipo de intereses, una regulación nacional que permite la venta en oficinas de farmacia de productos supuestamente efectivos para patologías diversas. 

La utilización de productos homeopáticos que nosotros no reconocemos como verdaderos medicamentos, constituye una falsa terapia basada en una pseudociencia ( falsa ciencia ) que es la homeopatía ,que tampoco reconocemos como rama de la Medicina científica , ni como especialidad médica ni como área de capacitación específica médica con reconocimiento legal en nuestro país . Estos productos utilizados de forma alternativa o complementaria para afecciones graves en los pacientes , constituyen un fraude sin ninguna evidencia científica más allá del posible efecto placebo , por lo que han de ser retirados de la venta en oficinas de farmacia y no han de sustituir en ningún caso a un medicamento validado científicamente para una enfermedad concreta .

¿Qué papel desempeña el Observatorio de la OMC en la lucha contra estas prácticas?

El Observatorio contra las Pseudociencias , Pseudoterapias , Intrusismo y Sectas Sanitarias de la OMC no es una decisión que surja arbitrariamente sino después de un análisis crítico de este universo pseudocientífico y pseudoterapeútico existente y que tantos problemas ocasiona a las profesiones y a los ciudadanos. Como resultado de éste análisis profesional y científico acordamos que hay que disponer de una herramienta profesional y colegiada efectiva.

El Observatorio de la OMC contra las falsas ciencias y falsas terapias, es una excelente herramienta para informar e intentar evitar que este tipo de prácticas sin base científica y los personajes que las publicitan y practican ( algunos de ellos sanitarios ) no engañen a los enfermos con sus títulos; con sus actuaciones falaces disfrazadas de ciencia; con absurdos lógicos,  o con simulaciones de tratamiento efectivo con supuestos medicamentos. 

Está a disposición de quien quiera acceder a él entrando en la página web: http://www.cgcom.es/observatorio-omc-contra-las-pseudociencias-intrusism...

Y, por supuesto a disposición y para colaborar en coordinación con los colegios médicos y otros colegios sanitarios y de otras profesiones tituladas, asociaciones de pacientes y de informadores en el campo de la salud, consejerías de sanidad, administraciones públicas y grupos parlamentarios, comisión de sanidad y Ministerios del ramo.

Nuestro compromiso con los pacientes es de informar sobre la verdadera ciencia, los tratamientos efectivos y basados en datos, la buena calidad del acto médico ajustado a la lex artis en la asistencia, la relación de confianza médico paciente que ha de ser preservada en todo momento y la seguridad en los actos y actuaciones médicas así como en la aplicación de las tecnologías validadas y efectivas, en el campo científico y sanitario . 

Todo ello forma parte de los valores esenciales de la profesión médica tanto en el ejercicio público como en el privado y de nuestro Sistema Nacional de Salud, que han de ser preservados y que son de excelencia y la base de nuestro Estado del bienestar .

 

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