Memoria Corporativa 2018

PROF E S I ÓN sentando más del 60% del alumnado que termina sus estudios, su acceso a la docencia fue limitado y aún lo fue más a los puestos de mayor respon- sabilidad. Dado que las mujeres llevan más de 30 años siendo un porcentaje importante en los estudios de Medicina, el tiempo pasado desde su acceso a la Universidad no explica que ocupasen menos del 7% de las cátedras o menos del 16% del profesora- do titular. Las mujeres fueron el 40% del personal docente e investigador universitario en las áreas de conocimiento de Salud, pero en determinadas especialidades no llegaron al 10%. Acceso al empleo y profesionales sin ejercicio El acceso al primer empleo en el ámbito de la Me- dicina fue muy alto en comparación con otras pro- fesiones y también el desempleo en general tiene mejores datos. No obstante, el análisis de género destacó que ocurrió lo mismo que en el resto de la sociedad: a las mujeres que buscaron su primer empleo les costó más encontrarlo y que también fueron mujeres la mayor parte de las personas des- empleadas. La profesión reflejó otros sesgos de gé- neros habituales como el que hubiese más mujeres entre las personas en excedencia o consideradas “inactivas”, que se manifiesta en especial cuando los datos se refieren a personas reproductivas. En la profesión médica hubo un 2,1% de paro y de ese porcentaje el 63,3% fueron mujeres. Y el índice de concentración de mujeres desempleadas menores de 40 años (49,7%) fue mayor que el de los hombres (42,9%). Las mujeres en situación de excedencia, la mayoría tuvo menos de 40 años (70,6%), mientras que esto solo ocurrió en el 20% de los hombres. Por el contrario, el de los hombres en excedencia o baja temporal tuvieron más de 60 años, algo que solo pasó con el 5,9% de las muje- res en la misma situación. La tendencia en 2017 fue hacia una mayor igualdad en la proporción general de hombres y mujeres y se confirmó en 2018, con los datos ge- nerales de colegiación proporcionados por el INE (127.464 mujeres y 126.231 hombres). Sin embar- go, persistieron las desigualdades cuando el análi- sis se realiza por especialidades. En particular, los peores indicadores de género los tuvieron las es- pecialidades de Medicina de Familia y Comunitaria (por una mayor presencia de mujeres) y el conjun- to de las cirugías y Cardiología (mayor presencia de hombres). Profesionales en ejercicio La tendencia en 2017 fue hacia una mayor igualdad en la proporción general de hombres y mujeres y se confirmó en 2018, con los datos generales de cole- giación proporcionados por el INE (127.464 mujeres y 126.231 hombres). Sin embargo, persistieron las desigualdades cuando el análisis se realizó por especialidades. En particular, los peores indicadores de género los tu- vieron las especialidades de Medicina de Familia y Comunitaria (por una mayor presencia de mujeres) y el conjunto de las cirugías y Cardiología (mayor presencia de hombres). La mujer supuso más del 50% de la plantilla mé- dica, pero solo el 20% estuvo en puestos de direc- ción. Además, hubo menos mujeres que hombres con plaza en propiedad y éstas encadenaron mayor número de contratos al año tanto en el sistema pú- blico como en el privado. En Medicina de Familia se agruparon más de 3 de cada 10 médicas colegiadas (31,4%), mientras que no llegaron a 2 de cada 10 los médicos colegia- dos (19,5%). Si se suman las cifras de Medicina de Familia con las de Pediatría, estas especialidades concentraron al 40,6% de las mujeres por el 25,7% de los hombres. Las especialidades más alejadas de la paridad fueron Cirugía Ortopédica y Trauma- tología, Cirugía General y del Aparato Digestivo y Cardiología, donde hubo el doble de hombres que de mujeres. ( 32 )

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